Formación de conocimientos
"La formación de conocimiento explícito parece ser una capacidad muy específica del sueño durante la infancia, ya que los niños normalmente se benefician del sueño tanto o menos que los adultos cuando se trata de otros tipos de tareas de memoria", concluye la investigadora.
En lo que respecta a los niños, estos duermen más y más profundamente y deben integrar enormes cantidades de información cada día.
En la presente investigación, los científicos examinaron la capacidad de formar conocimiento explícito, a través de una tarea motora aprendida implícitamente.
En el experimento, niños de entre 8 y 11 años, y adultos jóvenes, aprendieron a adivinar una serie predeterminada de acciones, sin ser conscientes de la existencia de la propia serie.
Después de una noche de sueño o de un día despiertos, se analizó la memoria de los participantes. El resultado: tras dormir una noche, ambos grupos de edad podían recordar más cantidad de elementos de una fila de números que aquellos que habían permanecido despiertos. Y los niños resultaron ser mucho mejores en esta tarea que los adultos.
"En los niños, se genera mucho más conocimiento eficiente explícito durante el sueño a partir de una tarea implícita aprendida previamente", afirma Wilhelm.
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